La estrategia de la compañía tiene tres pilares: la primera parte será de alto impacto para permitirle revertir la caída en la producción y recuperar la credibilidad en el mercado nacional e internacional. En una segunda etapa, Galuccio proyecta un crecimiento de la compañía en el rejuvenecimiento de yacimientos maduros, en los recursos no convencionales y en la refinación y comercialización. La tercera etapa será la construcción de un nuevo paradigma. La producción total de petróleo y gas de YPF pasaría de los actuales 159 millones de barriles equivalentes de crudo actuales a 216 millones para 2017.
A la hora de trazar un panorama de la compañía, Galuccio señaló: “Es evidente la falta de sintonía de en los últimos años entre el crecimiento del producto bruto del país, que promedió casi el 8 por ciento, y la caída de la producción de petróleo y gas, de alrededor del 6 por ciento anual. Esto obligó a incrementar las importaciones que le costaron al país 10 mil millones de dólares el año pasado”, y agregó: “Repsol YPF fue responsable del 80 por ciento de la caída de la producción de petróleo y del 100 por ciento del gas del país”, ante un atento auditorio.
Si la petrolera hubiera seguido comandada por Repsol, bajo la gestión del grupo Eskenazi, se proyectaba la realización de 600 pozos de producción para el 2012, lo que representa 80 pozos menos que en 2011. Si a futuro seguían por el mismo camino, Galuccio puntualizó que la producción hubiera seguido declinando y ejemplificó: “De los 10 mil millones de dólares que tuvimos que importar en 2011, hubiéramos pasado a una situación mucho peor”.
Frente a este oscuro panorama, el CEO de YPF dobló la apuesta y aseguró que en la segunda mitad de este año esto comenzará a revertirse. Habrá un aumento en la actividad en los yacimientos que permitirá llegar a 746 pozos perforados a fin de año y 1.000 pozos anuales entre el 2013 y el 2017, cifra que no se alcanzaba desde 1996. Se incrementarán los equipos operativos hasta alcanzar los 70.
Pero esto es recién el comienzo. “Vamos a cambiar el futuro, con la construcción de un nuevo paradigma, a través del desarrollo masivo de energía no convencional, lideraremos la explotación de los recursos no convencionales con un modelo de factoría, que nos permitirá expandirnos mundialmente”, aseguró, y sin perder tiempo agregó: “Con la explotación de un área estimada en apenas el 15 por ciento de la extensión del reservorio Vaca Muerta se podría solucionar el problema del déficit que tiene nuestro país”. Un futuro promisorio, teniendo en cuenta que en los últimos años Repsol YPF venía sin rumbo. Aunque, a decir verdad, para los españoles el camino elegido desde el primer momento fue el de exprimir cada vez más a una compañía que fue modelo no sólo del país, sino del mundo.
El plan piloto en áreas de perforación no convencional (shale gas y shale oil) abarcará, en 2013, un área de 40 kilómetros cuadrados en petróleo, con una inversión de 1.200 millones de dólares. Se prevé perforar 132 pozos de los que se obtendría una producción de 55 millones de barriles. En una segunda etapa, que abarca hasta el 2017, se duplicaría lo realizado durante el plan piloto.
El plan a cinco años para lograr el autoabastecimiento del mercado interno de combustibles requiere de una inversión de 3.500 millones de dólares para este año para revertir la declinación. Pero para poder crecer en los próximos cinco años son necesarios 7.000 millones de dólares anuales. “Vamos a hacer una empresa de energía con sentido nacional, profesional, integrada, competitiva, global, que genere valor para sus accionistas, comprometida con la seguridad y el cuidado del medio ambiente”, dijo Galuccio. Una nueva YPF ya está en marcha.
Síntesis:
476 pozos se perforarán hasta fin de año.
15% de la explotación de la extensión de Vaca Muerta podría solucionar el déficit del país.
7000 millones de dólares anuales se requieren para los próximos cinco años.
1000 pozos anuales se perforarán entre 2013 y 2017.
3500 millones de dólares se necesitan para 2012.
6% de crecimiento anual en cinco años.
