jueves, 18 de octubre de 2012

Un paso más hacia la ampliación de derechos



A favor de la iniciativa impulsada por el oficialismo votaron 52 senadores. Sólo tres se opusieron y hubo dos abstenciones. La UCR y el peronismo disidente plantearon modificaciones en particular. La mayoría del FAP se ausentó. El texto pasó a Diputados.
 Por Sebastian Abrevaya
Por una abrumadora mayoría, el Senado aprobó ayer el proyecto que habilita el voto de los jóvenes de 16 y 17 años. Con 52 votos a favor, tres en contra y dos abstenciones, la iniciativa impulsada por el Frente para la Victoria recibió el acompañamiento de varios bloques de oposición. La Unión Cívica Radical y el peronismo disidente votaron afirmativamente en general y plantearon algunas modificaciones en particular, mientras que la mayoría de los miembros del Frente Amplio Progresista se ausentaron de la votación y los dos restantes, Luis Juez y Norma Morandini, se abstuvieron. En contra votaron el salteño Juan Agustín Pérez Alsina y los catamarqueños Blanca Monllau y Oscar Castillo. Después de varias jornadas de debate y luego de un amplio consenso, el proyecto pasará a la Cámara de Diputados y se espera que para las próximas elecciones legislativas los jóvenes sean incorporados al padrón electoral.
“Venimos a presentar esta propuesta que les reconoce derechos a los jóvenes de 16 y 17 años a la hora de emitir su voto para elegir cargos nacionales. No estamos otorgando derechos, lo que hacemos es reconocer derechos que les son intrínsecos a los ciudadanos”, señaló Aníbal Fernández, uno de los autores de la iniciativa, junto a la chaqueña Elena Corregido. El senador bonaerense aseguró que con el proyecto “no puede haber ningún tipo de manipulación” electoral y denunció que ahora los acusan de “pecaminosos” porque obtuvieron un resultado favorable en 2011.
El proyecto modifica siete leyes nacionales, entre ellas el Código Nacional Electoral (CNE), el Registro Nacional de Electores, la Ley de Ciudadanía y Naturalización y la ley que establece las primarias abiertas simultáneas y obligatorias. Tras varias deliberaciones, se resolvió que el voto será obligatorio, como fija la Constitución Nacional en su artículo 37, pero mediante la modificación del artículo 25 del CNE se excluirá de multas a los jóvenes menores de 18 años y los mayores de 70 años. En el artículo 18 se excluirá a esos dos grupos del registro de infractores. Una de las modificaciones más cuestionadas fue el cambio del término “ciudadanos” por el de “electores” que, según senadores de la oposición, acotaba el reconocimiento de los derechos individuales al marco de los derechos políticos. “Son modificaciones de leyes electorales, los otros derechos están contemplados en la Constitución y en el resto de las normas”, respondió el ex jefe de Gabinete.
Al presentar el proyecto, Corregido replicó las denuncias sobre una eventual ventaja electoral para el oficialismo: “Se dijo que había una especulación con respecto a encuestas a favor. Los adolescentes no hacen lo que los adultos queremos que hagan. Son los jóvenes los que crean la contracultura, los que critican los paradigmas preestablecidos y proponen nuevos. Son los que nos ayudan a despojarnos de prejuicios y ver lo que muchas veces ya existe y no queremos ver”, señaló y sostuvo que quienes piden la baja en la edad de imputabilidad y niegan el derecho al voto son “doblemente antidemocráticos”.
Tal como adelantó Página/12, el proyecto fue acompañado por un amplio espectro multipartidario. Después de mucho debate y tensión interna, la UCR resolvió el voto a favor, en sintonía con lo que proponían sus agrupaciones juveniles, como Franja Morada y la Juventud Radical. “No sé cómo podían ir después a una asamblea de Franja Morada, los echarían a patadas. ¿Si decían que no, qué hacían?”, los chicaneó sobre el final el senador Miguel Pichetto.
“Algunos correligionarios decían: ‘Con el proyecto de Aníbal Fernández (no vamos) ni a la esquina’. La verdad es que les creemos bastante poco, pero fuimos al fondo de la cuestión”, le respondió el jujeño Gerardo Morales. Finalmente, en la UCR primó la postura que encabezaban Luis Naidenoff y Eugenio “Nito” Artaza: “Algunos no estamos de acuerdo en la forma y en la circunstancias, pero no podemos dejar de coincidir en la ampliación de este derecho. Tenemos que estar preparados para darles respuesta a estos jóvenes que se incorporan, no sólo con el derecho político, sino también con sus reclamos”, argumentó Artaza, quien reclamó un boleto estudiantil gratuito y políticas activas para los jóvenes que en la actualidad no estudian ni trabajan. “No entramos en la lógica de confrontación, no caemos en la trampa. Vamos a votar más allá de las cuestiones de este gobierno. Nosotros estamos convencidos de que éste es un paso más y donde algunos ven la posibilidad de juntar un voto más, nosotros vemos una ampliación de derechos”, completó Naidenoff, al cerrar su intervención.
El peronismo disidente fue el que aportó otro gran respaldo a esta iniciativa, encabezados centralmente por la salteña Sonia Escudero, que propuso modificaciones recogidas por el kirchnerismo. Entre otras cosas, solicitó que se realice una campaña de difusión para advertir que todos los jóvenes deberán realizar su cambio de DNI a partir de los 14 años y no de los 16, como sucedía hasta ahora, e incorporó además que deberán presentar un certificado de escolaridad. Escudero desestimó el argumento de que los nuevos votantes son manipulables. “Es una subestimación absoluta de la juventud. La Unesco dice que los jóvenes de 14 a 28 años tienen mayor capacidad neuronal, asociativa y creativa”, afirmó la peronista disidente, que votó al igual que Adolfo Rodríguez Saá, Juan Carlos Romero y Roberto Basualdo, entre otros.
La posición del FAP fue llamativa, ya que Rubén Giustiniani, Jaime Linares y María Eugenia Estenssoro no estuvieron presentes por respectivos viajes. De los cinco miembros quedaron sólo Luis Juez y Norma Morandini, quien ensayó una argumentación, pero concluyó pidiendo permiso para abstenerse porque, después de más de un mes y medio de debate, continuaba con dudas al respecto. Juez había recorrido escuelas de su provincia para recoger la opinión de los jóvenes cordobeses y determinó que el voto no era una prioridad para ellos, por lo que también se abstuvo. Los votos en contra fueron del conservador salteño Pérez Alsina y los catamarqueños Monllau y Castillo.
Con su estilo irónico, el pampeano Carlos Verna acompañó el proyecto oficial y utilizó ejemplos críticos con el gobierno nacional para argumentarlo. “Como no puedo resolver por mi cuenta el tema de la inseguridad, y eso es responsabilidad de los mayores, les voy a permitir que voten”, sostuvo y agregó que sería un error que no se apliquen sanciones porque se trata de una forma de “discriminación”. La respuesta vino por parte de Escudero, quien defendió el carácter voluntario que adquiere el voto sin la aplicación de sanciones: “Es un facultamiento, un paso gradual que vamos a ir dando. Los derechos son progresivos, eso es lo que dice el plexo normativo argentino”, aseguró.
El vicepresidente Amado Boudou opinó que se trata de una ley “histórica” y que “no se puede tomar a los jóvenes por tontos”. “Es un triunfo no sólo de los jóvenes, sino para todo el país, y por suerte el proyecto ha tenido un acompañamiento de distintos sectores políticos, lo cual le da un nivel de legitimidad muy importante”, aseguró el titular del Senado, que concluyó así una extensa tarea iniciada hace casi dos meses.
El debate incluyó tres audiencias públicas, por las que pasaron 150 expositores, entre funcionarios del gobierno nacional como el ministro de Educación, Alberto Sileoni, y el director nacional electoral, Alejandro Tullio; especialistas en educación y juventud y representantes de agrupaciones juveniles y estudiantiles. Buena parte de la información incorporada en las audiencias fue utilizada para el debate en el recinto. El senador kirchnerista Daniel Filmus recordó que cuando se aprobó el voto a partir de los 18 años, en 1912, la mayoría de edad era a los 22 y la deserción escolar era del 93 por ciento, o sea, sólo el 7 por ciento de los menores de 18 años estaba dentro del sistema educativo. “Ahora, en cambio, más del 80 por ciento de los chicos de entre 16 y 18 años está dentro del sistema educativo”, argumentó.
De esta manera, se incorporarán alrededor de un millón 400 mil jóvenes al padrón, lo que implica un crecimiento del 4,6 por ciento para las primarias y las elecciones legislativas del año próximo.



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